Por Jose Luis Gálvez Gómez
Politólogo
Los resultados dependen de quién ejerce la política.
En el común existe una mala concepción de la Política y por eso muchos la desprecian; la política puede llegar a ser buena o mala; es una idea creada y aceptada por los seres humanos que creen en ella como forma de organización para dirimir y consensuar las relaciones sociales para alcanzar ciertos objetivos.
Está llena de éxitos, errores y grandes fracasos que la historia da cuenta de ello. Es curioso saber que si la política no existiera simplemente viviríamos en el caos o la anarquía, pero a pesar de que cada país, cada nación o cada Estado se conducen a través de ella, los resultados pueden ser muy parecidos, desorden, desolación y violencia.
Entonces los resultados de la política dependen realmente de quién la ejerce, es decir, que el éxito o fracaso está directamente relacionado con el comportamiento de cada persona en el poder, de cada líder y de aquellos que toman las decisiones y administran los recursos de una sociedad.
En México todo mundo relaciona a la política y a quienes la ejercen con corrupción, impunidad y soberbia, provocando un gran desinterés y defraudación social, al grado de voltear a ver a figuras populares, con buenas intenciones talvez, pero sin el conocimiento y la preparación suficientes para mejorar las cosas.
Hoy como antes, todos los institutos políticos han abusado de la confianza y la inteligencia de nosotros los mexicanos, terminaron por priorizar la popularidad por sobre el conocimiento y el interés particular por sobre el bien común. Realmente nunca les ha importado el crecimiento económico, la democracia y muchos menos el desarrollo social, sólo les ha importado beneficiarse a sí mismos y mantenerse en el poder.
Para ello, han ideado una sola estrategia, atraer votos para ganar las elecciones a como dé lugar, bajo el esquema de que es más valiosa la lealtad que el conocimiento, incluso candidateando a personajes artísticos y deportivos que desconocen de la política y de la administración pública.
Lo han hecho todos los partidos políticos sin excepción, ejemplos Felipe el Tibio Muñoz, Carmen Salinas, Erick el Terrible Morales, Cuauhtémoc Blanco, Ana Guevara, Sergio Mayer, Jacki Nava, Manuel Negrete y ahora los luchadores Blue Demon Jr., Tinieblas, Carístico, el clavadista Rommel Pacheco, Gabriela Golsdmith y el más popular de todos, Carlos Villagrán (Quico) el niño mimado de Doña Florinda en el Chavo del Ocho.
Sinceramente no dudo de su sencillez, originalidad y gran capacidad de estos personajes para alcanzar sus logros, solo que, no es lo mismo el deporte que la administración, la planeación y la resolución de los problemas sociales. Ellos saben que para alcanzar el éxito hay que conocer, tener vocación y trabajar muy duro sobre una actividad; 3 años de legislatura o mandato no son suficientes para empezar a aprender de política.
Por otro lado, la reelección de los diputados surgió a partir de una necesidad para darle continuidad a una agenda legislativa sobre un proyecto de nación, sin embargo, esto terminó siendo una fuente de chamba, de vivir de la política, de mantenerse en el poder obedeciendo órdenes. Hoy 448 de los 500 diputados quieren continuar en su curul; ¿qué les hace pensar que hicieron buenas cosas por los mexicanos como para que volvamos a votar por ellos?
México ya ha probado de todo y está tocando fondo; las verdaderas esperanzas se están agotando porque no vemos que se resuelvan los problemas, lejos de eso se están agravando
Creo que es hora de cambiar la estrategia e idear nuevas formas de hacer política para crear otras alternativas y nuevos liderazgos; pero está nueva opción no debe nacer al amparo del poder, debe nacer de nosotros mismos, una iniciativa ciudadana para que las cosas funcionen.
Es hora de organizarnos, es hora de juntar voluntades, es hora de sumar capacidades y talentos enfocados hacia objetivos comunes donde dejemos de lado la ambición y le demos prioridad al bienestar social basado en el conocimiento, la ciencia y la investigación con capacidad de adaptación a un mundo tecnológico brutalmente descubierto por la pandemia.
Es importante dejarlo en claro, si nos desentendemos de la política, sólo habremos de dejarla en manos de las peores personas para que decidan sobre nosotros y sobre el futuro de las siguientes generaciones. (iM-rrc)